miércoles, 18 de marzo de 2009

LA PALABRA DE LOS DIRECTORES

Durante todo el proceso de producción de Radio Qman Txun, crónica de un pueblo maya trabajamos con algunas premisas y objetivos que hoy podemos decir que se han cumplido. Desde el principio pensamos en que lo principal era contar una historia humana y que nuestro papel era trasladarla lo más auténticamente posible al espectador, queríamos que viviera la historia con nuestros personajes, que la sintiera con ellos. Nos propusimos no utilizar una voz en off interpretativa sino ceder el peso de la narración a los protagonistas. Desde el respeto a la cinematografía documental anterior sobre Guatemala, quisimos sin embargo proponer algo diferente. Aunque la herencia de la dictadura y la guerra civil permanecen y son objeto de nuestra atención, los mayas de Guatemala miran desde sus montañas hacia el futuro y son muchos los que de forma anónima luchan por su comunidad día a día e intentan hacer compatible los avances y comodidades de la modernidad con la defensa orgullosa de su tradición. De la mano de Rosendo, Cristalina y Fortunato, el espectador se adentra en las fiestas del pueblo de Todos Santos y en sus elecciones democráticas. Aprendemos con ellos, vivimos sus ritos, sus conflictos y alegrías. Situamos en cada momento nuestra cámara para mirar desde su punto de vista y con una finalidad: dar voz en pie de igualdad a los que tantas veces aparecen para el “mundo desarrollado” como simples figurantes en exóticas postales de viaje.

Radio Qman Txun, crónica de un pueblo maya, cuenta una historia que oscila entre la reflexión y el entretenimiento, y admite diferentes niveles de profundidad según los intereses de cada espectador: puede verse tan solo como algo entretenido o bien puede servir también para plantear cuestiones acerca de aspectos sociales, culturales y económicos fundamentales en nuestro tiempo: el conflicto entre la afirmación de la cultura tradicional y la globalización que llega a todos los rincones del planeta, la injusticia social que viene de lejos y su conexión con la emigración actual, los jóvenes y la nueva mujer indígena, el proceso de paz y la naciente democracia en Guatemala como esperanza de cambio. Pretendemos hacer preguntas para que cada espectador escriba sus propias respuestas.

Creemos que la película conecta con el espectador porque implícitamente su mensaje tiene que ver con temas universales que todos conocemos: la lucha cotidiana y la esperanza de un futuro mejor mientras el tiempo se escapa, la magia de la comunicación de la radio, la ternura y la risa, el dolor y la tragedia ante la muerte de los seres queridos, la búsqueda ancestral de la divinidad, la celebración del misterio de la vida. Está impregnada de una espiritualidad que adivinamos en las palabras de Rosendo: “lo que se va a decir aquí es sano, es puro, es la verdad, por eso se llamó Radio Qman Txun”.

Max López
Miguel A. Arnáiz

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